En el occidente del México colonial, el acto de la sepultura fue un rito importante que conjunta aspectos de orden religioso, familiar y –de manera más generica- social. Así, fue una práctica recurrente entre la elite regional que previamente al morir seleccionaran los sitios para el enterramiento de su cuerpo (al interior de altares y demás sitios sacralizados o junto a figuras divinas), acto que iba acompañado de una ceremonía de duelo previo y posterior al depósito del cuerpo.
Por tanto, este suceso no solamente significaba la preselección del lugar de morada y el descanso eterno bajo la protección de la divinidad y sus exponentes, sino la creación de un espacio liminal dentro del mismo aposento sacralizado de la iglesia, donde concurrieron creyentes y pobladores locales para efectuar rituales y prácticas festivas de corte religioso y devocional, que redundaban en beneficio del muerto. Fenómenos que estaban marcados por los roles sociales y estatus experimentado en vida por el fallecido. De ahí que, esta ponencia analice dichas prácticas protagonizadas por prominentes personajes de Colima y Guadalajara, estudiando la relación entre la espacialidad mortuoria, la sociabilidad y la espiritualidad prevaleciente en el occidente de México durante el siglo XVIII y principios del XIX.
Palavras-chaves: Elite, sepulcro, espacio liminal, duelo, ritual
Autores: López Mestas Camberos, Martha Lorenza (Instituto Nacional de Antropologia e Historia, Mexico / Mexiko)
Co-Autores: Samuel Octavio, Ojeda Gastélum (Universidad Autónoma de Sinaloa, México)