Concebido en Occidente desde la Modernidad en tanto artefacto,
ensamblaje de isstemas, el cuerpo ha sido objeto de estudio por
excelencia de la medicina. Desde la implantación de la clínica, el
discurso médico habla del cuerpo sin darle voz propia de sujeto; sino
que lo interpreta, lo descifra desde los códigos de un saber
privilegiado que desubjetiviza el cuerpo, lo concibe fragmentado,
mecanizado, como una máquina que debe ser reparada en una (o varias) de
sus partes. A partir de los años sesenta, se hace evidente que el
cuerpo ha ido cobrando más y más protagonismo en las manifestaciones
artísticas —como el Body Art, la Performance, el Carnal Art...—, de modo
que desde diferentes ámbitos del arte —y la literatura no deja de
incluirse, a pesar de no trabajar con la imagen o el cuerpo directamente —,
se pensó, presentó, usó el cuerpo como instrumento de reflexión, puesto
que en él —a juicio de Carole Schneemann— "todas las contradicciones de
Occidente tienen lugar". Esta ponencia presenta algunas propuestas
artísticas, que toman la enfermedad como centro codificador (o, mejor,
recodificador) para rescribir a través del cuerpo un texto reformulador
que no se termine en el discurso patológico desidentificador, sino que
devuelva al sujeto su capacidad discursiva en un tránsito dificultoso y
doloroso (estoy pensando en propuestas que pueden abarcar desde la
norteamericana Hanna Wilke a la argentina Gabriela Liffschitz, en el
terreno audiovisual, o bien a la mexicana María Luisa Puga, en el campo
de la literatura).
Palabras claves: cuerpo, enfermedad, arte
Autores: Torras, Meri (Cuerpo y Textualidad / Universidad Autónoma de Barcelona, Spain / Spanien)